La Guerra ya Terminó

La Guerra ya Terminó

Los ángeles dijeron: “En la tierra, buena voluntad para con los hombres”. Ellos estaban diciendo que la guerra entre Dios y el hombre había terminado. El plan de Dios para salvar a la gente y traer paz había llegado. Esta serie te enseña cómo Cristo nos hizo libres y cómo recibimos el amor de Dios.

¿Recuerdas el 11 de septiembre de 2001? Por supuesto que sí. Si has vivido mucho tiempo, puedes recordar muchas cosas terribles que han ocurrido en este mundo, incluyendo tsunamis y huracanes de proporciones enormes. Y ciertamente cada uno de ustedes tiene su propia tragedia individual con la que lidia o ha lidiado. Hay mucha pena y dolor en esta vida.

La gente se siente trastornada por los golpes de la vida que han recibido y tratan de encontrarle sentido a todo esto. Lamentablemente, muchos líderes cristianos no han brindado mucha ayuda. En general, han dicho que estas cosas son el juicio de Dios debido a nuestros pecados.

Dios no está Juzgando al Mundo

Incluso un tele-evangelista muy conocido fue citado recientemente diciendo a la gente que, porque votaron para sacar del ayuntamiento de su ciudad a las personas que apoyan “el diseño inteligente”, el juicio de Dios iba a azotar a su ciudad y que cuando eso ocurriera, no deberían clamar a Dios, porque Él les va a dar lo que se merecen.

Estas explicaciones de por qué suceden las cosas malas me entristece, y creo que también entristece al Señor. No tienen en cuenta la razón por la que vino Jesús. Jesús cambió para siempre la forma en que Dios se relaciona con la humanidad. Claro, hay ejemplos bíblicos del juicio catastrófico de Dios sobre el pecado. Pero el mayor acto de juicio de Dios fue cuando descargó toda su ira por nuestros pecados sobre Jesús. Esto satisfizo para siempre la ira de Dios. Desde ese momento, Dios no ha juzgado nuestros pecados (2 Co. 5:19). Dios no está enojado con nosotros. Ni siquiera está de mal humor.

Mira la alegría de los ángeles por el nacimiento de Jesús en Belén.

Lucas 2:13-14 dice,

Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: [14] ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

Esta escritura nos resulta muy familiar, pero hay muchos malentendidos sobre lo que dice. Algunas traducciones dicen que proclamaban “la buena voluntad entre los hombres” o “la paz a los hombres de buena voluntad”. Básicamente, este pasaje se ha interpretado como que Jesús estaba trayendo la paz en la tierra entre la gente. Esta no es esa la razón por la que estos ángeles estaban alabando a Dios. Si esa interpretación fuera cierta, entonces las propias palabras de Jesús en Mateo 10:34-36 la contradecirían. Él dijo,

No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa.

Hay Paz entre Dios y el Hombre

El mismo Jesús dijo que no fue enviado para traer la paz a la tierra entre las personas. La paz por la que los ángeles de Lucas 2:13-14 estaban alabando a Dios era la paz entre Dios y el hombre. Estaban anunciando el fin de la guerra de Dios contra el pecado. Ahora reina la paz entre Dios y el hombre.

Antes de la venida de Jesús, había ira de Dios contra la humanidad por sus pecados. No era una ira total. Incluso en el Antiguo Testamento, vemos la misericordia y la gracia de Dios. Sin embargo, la Ley del Antiguo Testamento era un ministerio de ira (Ro. 4:15; 2 Co. 3:7 y 9), y a la gente se le inculpaba de pecado. Pero cuando vino Jesús, Dios dejó de inculpar a la gente por sus pecados. Esto es exactamente lo que dice 2 Corintios 5:19 y 21:

Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación….  [21] Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

La palabra “reconciliación” habla de hacer la paz. Dios ya no nos hacía responsables. En lugar de eso, Él le atribuyó nuestros pecados a Jesús, haciendo a Jesús responsable de nuestros pecados. Jesús se convirtió en lo que éramos para que pudiéramos convertirnos en lo que Él era; la justicia de Dios.

Jesús se Convirtió en Pecado por ti

Jesús fue como un pararrayos que atrajo todo el juicio de Dios hacia Él. No sólo cargó con nuestros pecados, sino que se convirtió en pecado (2 Co. 5:21).

Jesús dijo esto en Juan 12:27-32:

Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. [28] Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez. [29] Y la multitud que estaba allí, y había oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado. [30] Respondió Jesús y dijo: No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de vosotros. [31] Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. [32] Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.

Muchos han pensado que el verso 32 significa que, si Dios es debidamente glorificado en nuestra predicación, entonces atraerá a todos hacia Sí mismo. Pero eso no es lo que dice este pasaje. Jesús, como un pararrayos, atrajo hacia Él todo el juicio de Dios por todos los pecados de la humanidad de todos los tiempos. “Juicio” era el tema en el versículo 31. En el versículo 33, vemos que Jesucristo dijo que el versículo 32 significa “de qué muerte iba a morir”. No estaba diciendo: “Si tú predicas el mensaje correcto, todos van a venir”. Él se estaba refiriendo a su próxima muerte en la cruz. A la luz de esto, vemos que el tema del versículo 31—juicio—se transfiere al versículo 32. Por lo tanto, Jesucristo dijo: “Cuando yo sea levantado en la cruz, atraeré todo el juicio de Dios para la raza humana hacia Mí mismo”.

Todos los asesinatos, todas las perversiones, todos los pecados viles e inmundos imaginables, todas las enfermedades y todas las dolencias jamás conocidas por la humanidad entraron realmente en Su cuerpo humano físico. Isaías 52:14 habla de la crucifixión de Jesús y dice que Él fue desfigurado más que cualquier otro hombre hasta el punto de ser irreconocible como ser humano.

Eso no pudo ocurrir sólo por los golpes físicos, especialmente porque la Palabra dice que no fue quebrantado ni un solo hueso de Su cuerpo (Sal. 34:20; Jn. 19:36). Creo que Su cuerpo estaba completamente desfigurado por los cánceres, tumores, enfermedades, deformidades y cualquier otra cosa que los seres humanos hayan sufrido.

Jesús Sufrió Separación del Padre por ti

Jesús no pidió que le quitaran la copa sólo por el dolor físico que sufriría, sino porque no quería convertirse en pecado. Detestaba convertirse en aquello de lo que vino a redimirnos. Y la peor parte de todos los sufrimientos de Jesús fue el rechazo total de su Padre.

Mateo 27:46 dice,

Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? 

Dios Padre abandonó a Jesús para que tú y yo nunca fuéramos abandonados. Todo lo que tú y yo habríamos sufrido, a través de miles de millones de años en la eternidad, la pena, el dolor y, lo peor de todo, la completa separación de la presencia de Dios, lo experimentó Jesús. Y Él experimentó todo esto por nosotros. Cuando decimos que Dios está juzgando nuestros pecados como individuos o como nación, estamos anulando lo que Jesús hizo. Eso sería un “doble juicio”.

Puede que a algunos no les guste esto, pero es cierto. El pecado ya no es un problema con Dios. Es la iglesia la que lo ha convertido en un problema mayor. Ni los pecados pasados, ni los presentes, ni los futuros pueden separarte de Dios. Las únicas personas que irán al infierno son las que han despreciado y rechazado el mayor sacrificio que jamás se haya hecho. En el cielo, no darás cuenta por tu pecado; Jesús ya lo hizo. Darás cuenta por tu decisión de haber aceptado o rechazado a Jesús.

Puede ser que estés pensando, “estás dando a la gente una licencia para pecar”. Bueno, me parece que la gente lo está haciendo muy bien sin necesidad de licencia. Lo que estoy diciendo no te dará libertad para pecar; te liberará de la condenación y la culpa que viene cuando peques.

Continuar en el Pecado Verdaderamente es algo Tonto

Estarás abriendo la puerta para que Satanás tenga acceso a tu vida (Ro. 6:16). Si lo haces, entonces sufrirás las consecuencias naturales del pecado, pero no será por el juicio de Dios. Si cometes adulterio, probablemente perderás a tu familia, pero fuiste tu quien lo causó, no Dios.

Las catástrofes naturales son sólo eso: catástrofes naturales. Vivimos en un mundo corrupto donde las cosas malas suceden, pero Dios no es la causa de ellas. Si lo fuera, ¿por qué se detendría en Nueva Orleans y la Costa del Golfo de Estados Unidos? Seguramente todos nosotros merecemos el juicio de Dios. Pero, alabado sea Dios, no tenemos lo que merecemos.

Antes de que yo entendiera que la guerra ya terminó, solía decir: “Si Dios no juzga a los Estados Unidos, tendrá que disculparse con Sodoma y Gomorra”. Ahora digo: “Si Dios juzga a Estados Unidos, tendrá que disculparse con Jesús”. ¡Gracias a Dios por Jesús!

 

Texto bíblico: Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960.
Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
Reina-Valera 1960 ® es una marca registrada de las Sociedades Bíblicas Unidas y puede ser usada solo bajo licencia.

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